Procesos de trabajo ordenados y eficientes para mejorar proyectos


A lo largo de mi carrera, me han retado en muchas ocasiones a diseñar y crear procesos de desarrollo, calidad u operaciones y siempre lo realizo con la misma mentalidad: mantener ideas anteriores, mejorándolas y aportando otro punto de vista, dando el siguiente paso, enfocándose más en el aseguramiento de calidad del proyecto y en mejorar el día a día de las personas que lo van a utilizar. Esta labor va tomando forma siempre de la misma manera, paso a paso y se van implantando pequeñas piezas que van organizando el proyecto, ordenando el trabajo de las personas para ser más eficientes, aplicando las técnicas de calidad necesarias y enfocándose  por un camino único.







Estos procesos me recueran al paso de larva a mariposa y como de manera progresiva y poco a poco, vamos ganando terreno y creciendo hasta convertirnos de un gusano o larva que suele ser vulgar y feo a ese pequeño insecto tan vistoso y bonito.





Cada día, además, veo más claro que estos procesos organizativos son completamente necesarios en las diferentes organizaciones donde trabajemos. Aportando una serie de pautas de trabajo, consensuando con las diferentes personas y abriendo, entre todos, la puerta a la organización, tenemos mucho terreno labrado y parece que no, pero se nota de sobremanera como todo va mucho más rodado, aparecen menos problemas y se van tomando una serie de pautas que hacen que la máquina no pare y sea completamente constante.





Estos procesos se han de implementar de una manera progresiva, haciendo ver que son necesarios, que van ayudando a las personas a mejorar su día a día y a que se optimice su labor.





El primer punto a abordar es la organización de información. Tenemos que tener claro que queremos aportar, cuando y de qué manera. De esta forma, elaboraremos una serie de informes que irán repartidos por diferentes áreas o equipos de trabajo y permitirán que escalafón a escalafón, la información fluya, sea clara y todos la puedan compartir.





Esta información tiene que ser consensuada, sin fisuras y que aporte un gran valor a cada persona, sin que se sienta perjudicada ni señalada. Nunca hay que buscar un aporte de información que ponga en tela de juicio el trabajo de nadie, sino que ayude a mejorar, poco a poco, el trabajo de las personas y los equipos.







En el caso de que alguien se sienta perjudicado hay que saber tomar, de manera ágil y rápida, una determinación para agrupar todos los problemas que se puedan tener y mejorar o ayudar a la persona, explicando, porque se ha mandado cierta información y como puede ayudarle, no perjudicarle.





En base a informaciones, siempre hay que tener claro que se ha de aportar, de qué manera y con qué herramienta vamos a trabajar. Lo ideal es tener informes de datos concretos, de defectos en diferentes versiones o despliegues, que elementos de trabajo vamos a desplegar en producción o en que hemos estado trabajando en un periodo de tiempo. Para ello podemos recopilar diferentes informaciones con Excel y, de manera más efectiva con Power BI.




Esta herramienta, nos muestra una serie de paneles y de informaciones con unos juegos de datos que podemos migrar desde Excel, OneDrive o Azure DevOps (entre otras muchas) y explotarlos a nivel gráfico de una manera muy potente





En segundo lugar, es importante recopilar informaciones de despliegue. Tener claras en la cabeza una serie de fechas, organizar diferentes puntos de control y siempre repetirlos a lo largo del tiempo, de esta manera crearemos unas pautas repetibles que nos darán un nivel organizativo muy potente ya que las personas tomarán una rutina de trabajo, ajustando las ventanas de tiempo cada vez mejor y optimizándolas lo máximo posible.




Dentro de los procesos organizativos que podemos aportar en los proyectos donde trabajamos, existen muchas variantes, muchas formas y maneras, pero siempre es esencial, como comento en el párrafo anterior, tener claros cuales van a ser y crearlos de manera rutinaria a lo largo del tiempo para que esa organización se convierta en rutinaria, cultivando en las personas diferentes culturas, como la de calidad o la organizativa o de procesos. Esto nos dará la base esencial para que no solo organicemos el proyecto de manera global si no que cada persona culturalmente hablando, interiorice las pautas esenciales y las ponga en práctica en su día a día, ayudando a los que le rodean. Una especie de simbiosis que aumentará la calidad en el proyecto y en el trabajo diario de cada uno, como esa mariposa que nace y vuela libre mostrando al mundo sus preciosos colores.

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