Agile or not Agile, that is the question...


Llevo años escuchando en todos los sitios que son ágiles, que trabajan en Agile…pero cuando te adentras un poco más profundo, descubres, que no es oro todo lo que reluce.








Cuando se habla de Agile, lo primero que se nos viene a la cabeza es un entorno colaborativo, historias de usuario…o sea, una vuelta completa a lo que es un equipo de desarrollo. Cuando empezamos a trabajar de este tipo, la directiva es la primera que ve reticencias, y es a la primera que tenemos que convencer.




Una directiva, habitualmente, manda, crea tareas, las distribuye, prioriza a las personas y tiene la batuta de una empresa, pero cuando trabajamos en Agile, esto empieza a cambiar y hablamos de “producto poner”, que es quien va a coger la batuta del equipo.




Un cambio de mentalidad importante, viene, cuando se aprende a que la directiva tiene que ser capaz de quitarnos de en medio, problemas y obstáculos y tiene que dejar la batuta a otra persona, olvidándose de manejar nada. Como bien dice la frase, contrata a las personas que saben para hacer su trabajo, no te metas, y verás los resultados flotar en poco tiempo.




Este cambio de mentalidad suele venir a través de una confianza mutua, pero es complicado de conseguir. Honestamente os digo, que la mejor manera, es demostrar resultados.




Si se confía en el trabajo de los profesionales a los que contratas y le das un entorno adecuado y los motivas, los resultados vendrán solos, y esto hará que la confianza crezca, al final es una especie de simbiosis que crece y crece, sin parar.




Cuando se demuestra confianza en el equipo, estos, se sienten capacitados para auto organizarse y para dar lo mejor de si en los proyectos. Si se dan una serie de pautas y un proceso ordenado y robusto, el crecimiento profesional de las personas es enorme, esto lo he vivido con muchas personas que han pasado por mi equipo y me enorgullece ver como toman su propio camino y son enormes profesionales del sector.




Otra de las grandes bazas con las que debemos de jugar es con la libertad. En muchos sitios se piensa que la libertad es peligrosa y que muchas personas tienen la idea de “dar la mano y te cogen el brazo” y yo sigo, si, pero hasta cierto punto. Hay que saber manejar esa libertad y dar confianza por encima de todo, y que cada uno, se la gane y la mantenga en base a sus resultados y a que su trabajo esté siempre listo. Si la libertad que “se ganan” es alta, tienen muchas probabilidades de probar cosas nuevas y de tirar hacía adelante mucho más fácil, solventando problemas, sin dudarlo.




Implantar Agile, es una manera de enfocar esa profesionalidad en las personas, de darlas esa libertad, esa profesionalidad y esa manera de seguir su camino sin ponerles trabas. Junto a estas pautas, anteriormente escritas, Agile es uno de nuestros grandes aliados por el formato de trabajo que nos permite realizar, y, sobre todo, que genera la confianza de ser una metodología reconocida, comprobada y que lleva muchos años dando alegrías a las empresas que lo aplican y lo implementan de la manera adecuada.

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