Mejorando la calidad humana de un equipo


Dentro de un proyecto, siempre solemos hablar de planificaciones, historias de usuario, hitos, estimaciones, entregas...pero muchas veces nos olvidamos de las personas. La piedra angular y fundamental de un proyecto y de que todo funcione correctamente, son las personas y su calidad humana.









Un proyecto funciona y transcurre con normalidad cuando las personas que lo integran se apoyan, se ayudan y tienen una calidad humana por encima de todo. Es totalmente contraproducente un equipo que se entierra a si mismo, que lanza balones fuera o que se pone trabas para seguir avanzando. Es erróneo, equivocado y tóxico trabajar en un ambiente de esa manera.





La necesidad de cuidar y valorar la calidad humana de las personas debe de estar en mente en cualquier compañía y tratar de que florezca día tras día. Al final, sus proyectos saldrán mucho mejor y las personas trabajarán a gusto y fortalecidas. Esta necesidad de cuidar a las personas es lo más importante en este mundo de hoy. Ahora mismo, estamos todos metidos en un bucle que nos viene impuesto por la sociedad, y cuando alguien no está llegando a donde quisiéramos que llegase, posiblemente es que esté pasando por una mala racha, y nadie mejor que nosotros, podemos ayudarlo a salir de ella. Hoy por ti, mañana por mí, como bien dice el refrán. 





Tenemos que ser conscientes de la necesidad de procesos que sean sostenibles, no agobiantes, que hagan partícipes a todo el mundo y que les hagan sentirse parte de lo que están haciendo. Trabajar en nichos cerrados sin preocuparse de lo que haga el de al lado o como lo haga es algo que al final tiende a matar los proyectos y a sus personas ya que siempre existirán roces y malentendidos.  





La sostenibilidad de un proyecto se ha de buscar con este tipo de procesos colaborativos, haciendo reuniones conjuntas, dando a conocer novedades, participando, ser interactivo y que exista un punto de diversión en la jornada laboral que no sea no despegar la pantalla del ordenador o del elemento de trabajo que utilicemos en nuestro día a día. 





Tenemos varias formas de trabajo colaborativo y que llega a ser divertido, como dinámicas de extracción de historias de usuario, retrospectivas interactivas buscando lo bueno y lo mejorable del sprint, reuniones grupales de toma de requisitos y de puesta en contexto del equipo...hay infinidad de propuestas que mejoran el ambiente y además nos hace más colaborativos, partícipes de lo que hacemos y nos une en un único objetivo.





Personalmente, apoyo totalmente la mejora de la calidad humana como prioridad total en un ámbito de trabajo, por encima de cualquier cosa, ya que si esto está en su punto más elevado, tendremos todo lo demás rodado y el trabajo saldrá mucho mejor y más ágilmente.



Una organización jamas puede crecer si su equipo humano no tiene estas cualidades ya que no existirán más que roces, malas formas y al final, las personas que la componen, tomarán otro rumbo más tranquilo.



Jamas debemos de fomentar la rivalidad, ni entre los mismos equipos ni entre directiva y equipo. Un directivo que se precie (o un mánager), debe de ser un integrante más del equipo, involucrarse junto a ellos y aprender. Nos equivocamos enormemente cuando no somos parte de nuestro propio equipo de personas, cuando salimos a la palestra solo para darnos golpes de pecho y contar hacía donde hemos ido o hacía donde vamos. Un buen líder, debe de trabajar duro y codo con codo para todas las personas y sobre todo, hacerlas crecer.





Adoptemos diferentes dinámicas y formas de colaborar entre todos y comprobaremos como nuestra mejora y curva de satisfacción es más alta y va en proporción con la calidad de lo que queremos entregar al cliente, siempre, buscando la excelencia.

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