Viendo de manera transversal una buena diversidad de proyectos, cada día estoy más convencido de la necesidad de implantación de procesos y metodologías que ordenen y ayuden al trabajo diario de las personas implicadas.
Cuando trabajamos sin una metodología y sin un proceso ordenado, acabamos sumidos en una anarquía que influye negativamente en el desarrollo y ejecución del proyecto.
Sin ordenar los pasos, tendemos a trabajar sin coordinación y cada uno hace sus acciones o tareas de cuando considera, afectando negativamente al desarrollo de la idea de los eslabones de la cadena, que ya hemos hablado en varias ocasiones.
Por ejemplo, si tenemos un entorno donde probar y no protocolizamos las entregas, este entorno queda igual de inestable que un entorno de desarrollo, ya que seguirá igual de inestable día tras día.
Este orden y proceso que estamos tratando es prácticamente obligatorio si trabajamos con un equipo de QA. Es totalmente necesario que ordenamos ciertos pasos para que las pruebas sean efectivas, si no, la ineficiencia será prácticamente del 100%.
De manera casi obligatoria, tendremos que ordenar la entrega del desarrollo a QA, tener un entorno estable de pruebas y sobre todo, jamas entregar módulos o secciones incompletas, ya que se pueden generar falsos positivos.
Los pasos lógicos, deben de ser, desarrollo de la historia de usuario o funcionalidad, validación en desarrollo, despliegue al entorno de validación, validación completa sin ruido y sin interferencias con otras integraciones y paso a certificación por parte del cliente. Si estos pasos se cumplen, tendremos la mayor parte del camino andado y solventaremos un porcentaje muy alto, de los problemas que podamos tener en un proyecto.
Esto tiene que venir acompañado de una buena planificación y una buena estimación de las tareas o historias de usuario, asumiendo riesgos, posible detección de defectos críticos o retrasos en la entrega a cliente hasta que todo esté totalmente fino.
La verdadera finalidad de un proceso o de un método de organización es que las personas que trabajan en el proyecto estén lo más a gusto posible, puedan trabajar de manera adecuada y puedan obtener tiempos para dedicaciones propias o internas, como refactorizaciones de código, ajustes internos para dejar la deuda técnica totalmente cerrada o incluso poder adecuar el plan de pruebas o ajustarlo a algún cambio. Muchas veces, es más una necesidad que otra cosa.
Como siempre digo, cada proyecto es un mundo, pero solventaremos muchos de los problemas si nos ordenamos entre todas las personas y escuchamos lo que tienen que aportar.
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