A la hora de definir diferentes KPIs de calidad, debemos de observar en que fases está dividido el proyecto, capturando los desarrollos que se van a realizar.
Las principales fases, serán, a grandes rasgos, la de toma de requisitos, la del comienzo del diseño de pantallas en base a esos requisitos (que seguramente vaya en paralelo), la de SEO y posicionamiento (si lo hubiese), desarrollo y entrega.
En paralelo a todas las fases, aparece la de calidad, que es transversal y entrará en funcionamiento desde que se pone en marcha el proyecto.
Esta fase de calidad, vendrá apoyada o reforzada por esos KPIs que darán las pautas para verificar si todo está funcionando como debe y si se están haciendo las cosas de la manera correcta.
En primer lugar, pintaremos los controles, que serán los mismos que las fases y dentro de estos controles, existirán los KPIs que marcarán si ese control se ha cumplido o no, dando razones y explicándolo adecuadamente para que en próximos proyectos o sprints no nos vuelva a pasar.
Evidentemente, existirán KPIs de proyecto y de sprint, donde se comprobará cada dos o tres semanas que todo sigue bien. Haciendo retrospectiva y mejorando siempre.
Los KPIs de proyecto son más vivos e irán abriéndose y cerrándose en base a como vamos avanzando, a lo largo de todo el tiempo marcado. En cambio, los KPIs de sprint, seguramente se vayan repitiendo y nos darán, en más corto recorrido, el estado del trabajo hasta la fecha. La importancia de mezclarlos, es que la información que nos muestran puede ser solapable y reutilizable para ir mejorando.
No debemos de dejar escapar la oportunidad de ir introduciendo estos KPIs de calidad que trabajarán junto a otros, como los de negocio y nos permitirán mejorar día tras día, mostrándose informes y datos en tiempo real, del estado de las fases. La verdadera potencia de estos, es saber utilizarlos de la manera adecuada y sobre todo aprender de ellos y mejorar. No tiene sentido que tengamos KPIs solo por hacer bonito y ni siquiera leerlos, comprenderlos y poner las pautas correctoras necesarias para no cometer los mismos errores en cada entrega.
Lo bueno que tienen estos “marcadores” es que podemos utilizarlos a nuestro antojo, adecuándolos a nuestras necesidades, observando lo que consideremos y afianzando las fases según el proyecto o el desarrollo que estemos realizando en ese momento. En algunas situaciones será mejor el mirar y seguir de cerca algunas cosas y en otros momentos, nuestra necesidad será la de seguir otros temas, obviando o poniendo menos hincapié en lo que consideremos oportuno.
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