Habitualmente...


Habitualmente, cuando hablamos de un equipo de Aseguramiento de la calidad o de Testing, tenemos que mirar al final del proceso, al último paso de todos, al maravilloso mundo de la falta de tiempo y de jornadas para tener todo completamente listo e impoluto para subir con garantías. No se le da la importancia suficiente a la validación, pero sí que se le da la importancia suficiente a las lamentaciones cuando algo falla en producción de cara a un cliente.

















Habitualmente y erróneamente, solemos planificar un elemento de trabajo en jornadas de desarrollo y una vez que se termina, lo demás queda en el aire, a nadie le preocupa, a nadie le importa que un desarrollo de semanas, cuente con una jornada o unas horas para validarlo y que inmediatamente suba a producción o se quiera tener ya listo y cuanto antes, quitando y restando importancia a tener un tiempo suficiente y constante para probarlo y verificarlo de la manera correcta.



Habitualmente, los equipos de desarrollo se comen las ventanas de tiempo, ya que las planificaciones son demasiado ajustadas, impidiendo que a la validación se le dedique el tiempo suficiente que requiere algo tan importante que vaya a ser usado por clientes (que nos pagan los sueldos). Pero eso no importa, es más importante que podamos tenerlo rápido en producción y entregar algo a medias y funcionando no del todo bien.



Habitualmente, corremos riesgos innecesarios, programando subidas a producción sin la ventana suficiente o queriendo abarcar más elementos de la cuenta y de manera innecesaria, mantenemos a muerte las fechas, aunque desfondemos al equipo que realice las pruebas, porque, habitualmente, qué más da…total, solo prueban, no hacen cosas bonitas ni "vistosas".



Habitualmente, se guarda un presupuesto ínfimo para los equipos de Calidad, “microdimensionando” sus integrantes y masificando a los equipos de desarrollo, dejando a una sola persona para probar desarrollos que realizan equipos de 8 o 10 personas.



Habitualmente, se piensa, erróneamente, que es mejor tener a un gran equipo de desarrolladores y pocas personas validando, que pararse a pensar, que quizá con dos o tres personas más que validen, estaría solucionado el problema.



Habitualmente, se menosprecia a las personas que nos dedicamos a probar, ofreciéndoles remuneraciones menores que otros compañeros de profesión, pensando que como no hacemos cositas bonitas y solo “miramos pantallas”, no nos merecemos más, aunque en la gran mayoría de los casos, gracias a nuestro trabajo, muchos de esos compañeros sigan sentados en sus sillas gracias a que la aplicación funciona por nuestro trabajo.



Habitualmente, pienso que podía haber dedicado a especializarme en otra rama de trabajo del amplio mundo de la informática, algo más preciada para el resto de los mortales, algo más valorada…pero se me quitan las ganas y mi cara esboza una sonrisa de satisfacción personal, cuando miro atrás, cuando no estábamos y los usuarios de ciertas aplicaciones no podían tan siquiera acceder en muchos casos y ahora, felizmente, pueden trabajar con total comodidad y seguridad porque hay un “ángel de la guarda” que revisa todo el trabajo y se lo entrega todo lo bien que se lo permiten, luchando a contracorriente día tras día para que, en algún momento, pueda, habitualmente, sentarse de igual a igual con el resto de compañeros de profesión.

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