Cuando la juventud es un "problema".

En los años que llevo trabajando, en ciertos momentos me he encontrado que por culpa de la juventud, ciertos pensamientos o ideas no se tienen en cuenta tanto como me gustaría y a veces, tiene que venir alguien con más experiencia o un rango reconocido a decir exactamente lo mismo.








Poco a poco eso va cambiando, evidentemente porque la experiencia va en aumento y cuando se deja cierta libertad, se dan oportunidades y uno responde, día tras día se va teniendo todo mucho más en cuenta.





La juventud es una gran ventaja, un cúmulo de ganas, de entusiasmo, de comerse el mundo, que en otro caso no aparece, pero es una lacra a la hora de hacerse escuchar y sobre todo que te tengan en cuenta en ciertos sentidos. Muchas empresas dan una confianza enorme, seleccionando candidatos jóvenes y motivados para realizar tareas que por su experiencia no debería de ser así, pero que en ciertos momentos, dan el mismo o mejor resultado.





Tras esa confianza y ese buen hacer, a mi parecer, existe un recelo al quizá meta la pata, al quizá lo que dice puede no ser lo correcto, al no se ha pegado lo suficiente en algunos proyectos y no dará la talla, no es así.





Un profesional joven pero capaz y capacitado puede comerse al profesional más experimentado y sacar el trabajo mucho mejor y con ideas innovadoras que, en algunos casos estos últimos pueden llegar a estar obsoletos.





La sangre nueva que cubre el mercado laboral tiene que demostrar y luchar día tras día, como el que más, para hacer ver que, en ciertos momentos, se puede tener razón y se puede dar la talla al 200%, eso sí, el paso principal lo tienen las empresas, que tienen que apoyar este cambio y dar la oportunidad a la juventud, en mi caso, solo puedo dar las gracias por la confianza ciega que han puesto en mi y espero que poco a poco todos tengamos las mismas oportunidades para demostrar que valemos muchísimo.





La juventud viene pisando fuerte, solo hay que dejarla hacer.

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